En Chile después de consagrarse la constitución del 80 y después de una dictadura sanguinaria, nos ilusionamos con el triunfo del NO el 5 de octubre de 1988, donde los ratones de esa época, creyeron tumbar al gato pardo dictatorial. Todos pensaron que era el fin de una época de gatos pardos y ratones muertos. Pero antes de la elección del presidencial del 89, todos los ratones esperanzados con la concertación entre gatos grises y negros que habían derrotado en las urnas a los gatos blancos acérrimos aliados de los gatos pardos, fueron a votar ingenuamente a un plebiscito que podría más candados y afianzaría aún más la constitución de los felinos pardos.

Antes de la elección presidencial de 1989 el gato gris sonriente le quita la candidatura al gato gris conde, y se impone en la primera elección presidencial desde 1970. La transición sería el largo camino a un país binario gobernado por gatos grises y negros para el beneficio de los blancos, con impunidad a los gatos pardos, y haciendo pagar el costo de la desigualdad a los ratones. Es verdad había algunos ratones que podían vivir entre gatos y otros ratones creían ser gatos o aspiraban a serlo, pero un ratón con más o menos dinero siempre será un ratón.

Los gatos blancos, grises y negros manejaban la madeja y generaron tal desigualdad que el queso cada día costaba repartirlo entre tanto ratón. El país crecía económicamente, pero se concentraba la riqueza solo entre gatos y los ratones solo ganaban deudas, mala salud, mala educación, pésima jubilación.

Los gatos ya descarados no temían burlarse de los ratones a quienes veían solo como ganado que engordaba sus arcas.

Un día en el gobierno de la Guiña que engañó a los gatos decidieron subir el precio del metro. Las lauchas secundarias se opusieron y comenzaron a saltarse los torniquetes del metro, envariaron a los guarenes mandados por los gatos pardos a reprimir a las lauchas. Un gato gris dijo a las lauchas por tv, cabros no se ganaron el apoyo de los roedores esto no prendió.

Pero a los días un 18 de octubre como un incipiente caceroleo de la lauchas comenzó a crecer un descontento Guardado con impotencia de años, y se sumaron ratones y más ratones a cacerolear, a pesar de la represión de los guarenes y gatos pardos, la Unión de ratones creció tanto que obligaron a los gatos de todos colores a llegar a un acuerdo para salvar a la Guiña y cambiar la constitución, la rebelión de los ratones era y es el temor de los gatos. 

Un 25 de octubre los ratones obtuvieron el mayor triunfo de su historia en la urnas logrando aplastar a los gatos blancos y pardos con un 78% en favor de cambiar la constitución en una convención constitucional.

No olvidar nunca que los gatos grises y negros si bien son buenos a veces con los ratones, son gatos y como buenos gatos más de un ratón comerán.

En Valdivia los ratones tienen un candidato Cesar Collao, una laucha de pobla, que con esfuerzo trabajo y estudio es un ratón de leyes y lo apoya un partido de ratones que sabe bien que los gatos comen ratones y por nada de mundo volverán a transitar su camino político junto a ellos. En Lanco llevan de candidato a un ratón reciclador Wilson Cantero, trabajador y emprendedor que cree que las cosas se hacen y no se dicen, en la Unión apoyan a un ratón de biblioteca que gracias al estudio salió de la pobreza y ahora es  un ratón con doctorado que quiere más oportunidades para la lauchas.

Si eres un ratón y te revelas contra los gatos comparte y apóyanos.